Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas.
Pablo Neruda

viernes, 6 de mayo de 2011

VIENTO


Escondida en algún tejado en una ciudad que es mía por decisión propia,
vengo a alcanzar el cielo, a tocarlo con la mirada.
Hago esto cuando por efecto de algún forzoso aterrizaje se me fracturan las alas.
Aquí las reparo, las reconstruyo y casi puedo estirarlas amplias de nuevo.
Respiro profundo y siento de nuevo el viento que sopla debajo de ellas.
Ese viento que es dulce y delicioso cuando uno lo piensa así.

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