Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas.
Pablo Neruda

domingo, 22 de noviembre de 2009

Wasn't Born To Follow

Esta cancion siempre me ha gustado, tal vez por la ultima linea, tal vez porque se nota que se fumaron un porro para escribirla, tal vez por que no habla del amor como el 80 por ciento de las canciones del planeta... Definitivamente por todas las anteriores :)

Me gusta porque me hace sentir libre, sin ataduras de una supuesta moral ni de reglas innecesarias.


Wasn't Born To Follow, Carole King

Oh, I'd rather go and journey where the
Diamond crescent's flowing
And run across the valley
Beneath the sacred mountain
And wander through the forest
Where the trees have leaves of prisms
That break the light up into colors
That no one knows the names of

And when it's time I'll go and wait
Beside the legendary fountain
Till I see your form reflected
In its clear and jeweled waters
And if you think I'm ready
You may lead me to the chasm
Where the rivers of our visions
Flow into one another

And I'll stay awhile and wonder
At the mist that they've created
And lose myself within it
Cleanse my mind and body
And I know at that moment
As I stand in that cathedral
I will want to dive
Beneath the white cascading water

She may beg and she may plead
And she may argue with your logic
Mention all the things I'll lose
That really have no value
Though I doubt that she will ever
Come to understand my meaning
In the end she'll surely know
I wasn't born to follow

jueves, 1 de octubre de 2009

¿Por qué será?

¿Por qué será que me siento protegida entre los pequeños edificios de París y las callesitas estrechas? Lejos de todo y de todos, como dice Sabines, sola, sola, sola. Con solo el cielo sobre mi y esas nubes que van y vienen tan blancas como grises, con ese viento tan frío que envuelve mi tibia piel y mi cálido corazón? ¿Por qué será?

sábado, 5 de septiembre de 2009

Todo es azul, todo el tiempo

Como quisiera quedarme aquí
Eternamente hundida entre azul mar y azul cielo
Naufragando en un sitio donde el agua te mece,
El viento te abraza,
Y el sol te calienta tiernamente.

Mis ojos perdidos se cuelgan en el horizonte turquesa.
El mundo del que vengo se apaga detrás
Mientras que el mar, inquieto e impredecible,
Me arranca con su fuerza todos los dilemas,
Todas las preguntas, todas las angustias.

Una mezcla de agua y sal erosiona con su vaivén todo lo que me aturde y me ata.
El mar me vuelve libre.
De un trago me bebo todo el azul que puedo con la mirada
Y pareciera que hubiera suficiente agua y suficiente atmósfera
Como para diluir todo el dolor que llevo dentro.

Y me vuelvo ola,
Y un viento me levanta,
Y me eleva alto,
Y luego caigo y exploto en un dulce estallido de espuma que efervesce hasta desaparecer fusionada en el Gran Azul que la arrulla dulcemente.

Mery Piña

lunes, 3 de agosto de 2009

La aventura del 65 por Mery Piña

Estaba cansada cargando un pesado equipaje después de viajar un par de horas y atravesar 750 km encerrada en un tren de alta velocidad. Me encontraba dando vueltas sobre las cinco cuadras que rodeaban la estación de Gare de l’Est. Al final de mucho andar, encontré la parada de mi tan buscado autobús: el sesenta y cinco.

Al subir, sentí como si me sumergiera en un catalogo de grupos raciales humanos. Indus, coreanos, colombianos, senegaleses, chinos, búlgaros, marroquíes, mexicanos, en fin, el mundo entero comprimido en 15 m2 en pleno e íntimo intercambio de partículas aromáticas: olor a humanidad en su máximo esplendor. Yo procuro quedarme adherida al tubo mas próximo del portón automático que abre y cierra a cada parada dejando entrar una bocanada de aire fresco. Todos los viajeros con los que comparto esta globalizada experiencia me piden que me mueva y yo trato de comprimirme y casi fusionarme al tubo que se encuentra estratégicamente ubicado a modo de agarradera. Prefiero soportar todas estas educadas sugerencias y el roce gozoso de los caballeros que al descender se frotan premeditadamente contra mi trasero, que ir a postrar el mismo en alguno de esos brillantes asientos, los cuales, obviamente no brillan de limpios, sino de mugre.

Me entretengo observando la riqueza étnica en medio de la cual me encuentro mientras un hindú se entretiene sacándose un moco con singular alegría y poca vergüenza. Más allá un árabe tose y un negro arroja un gargajo que le molestaba el cogote. Yo observo extasiada el intercambio de fauna microbiana que ocurre en ese microambiente móvil que circula en algún lugar de un gran PaRis.

Levanto un poco mi mirada y me encuentro con una pareja. Una tez blanca, casi transparente, es un francés que lleva de la mano a una joven de facciones angolenses. Sus miradas se cruzan y reflejan una ternura casi eléctrica que ilumina el aire que les circunda. Sobre una de las piernas de la mujer, un niño se abraza con fuerza. Es un niño de tez clara, si bien no blanca, tampoco negra, una piel perfectamente dorada y tersa que acoge unos ojos negros y redondos bajo unas pestañas espesas y largas. Y en ese momento imagino lo fabuloso que será el mundo en algunos años, tal vez algunos siglos o milenios cuando ese niño represente una sola raza, una sola cultura, una sola humanidad que incluya en si misma a todos, que respete y acepte, que construya y se ayude entre si. Una humanidad que de esperanza como la que reflejan sus brillantes ojos, una única humanidad.


Mery Piña

domingo, 19 de julio de 2009

That's where I'm bound :)

Way over yonder, Carole King

Way over yonder is a place that I know
Where I can find shelter from hunger and cold
And the sweet-tastin' good life is so easily found
Way over yonder, that's where I'm bound

I know when I get there, 'cause the first thing I'll see
Is the sun shining golden, shining right down on me
Then trouble's gonna lose me, worry leave me behind
And I'll stand up proudly in a true peace of mind

Way over yonder is a place I have seen
It's a garden of wisdom from some long ago dream

Maybe tomorrow I'll find my way
To the land where the honey runs in rivers each day
And the sweet-tastin' good life is so easily found
Way over yonder, that's where I'm bound
Way over yonder, that's where I'm bound

jueves, 21 de mayo de 2009

Not all those who wander are lost

Some people just don't know anything about the sun,
Anything about being whatever you are,
but conscious and proud of it,
About having five senses and exploiting them,
About having inner music.

And this doesn't mean I know, I don't mean to, I don't want to.
It 's a matter of just life, breathing, crying, laughing: living.
Feeling pretty without necessarily being.

Sometimes I stop to think about my children
What would that be like?
I just can't imagine what an adventure will that be
with this mother they will have,
a mother with a butterfly-full chest.


Mery Piña

What is for sure, is that I've already drawn a spot in the sky
that hopefully will become a star when I arrive.

martes, 19 de mayo de 2009

Cortorrelato

Parce ser que mayo, sin duda, sera uno de los meses literalmente mas productivos de mi vida... Aqui les dejo mi ultimo relato, aunque fue iniciado hace ya varios meses y creo que aun no esta terminado, no quero que me pase como "El angel sin alas" y se quede en la memoria de mi computadora durante 2 años sin terminarse. Mejor aprovecho esta buena racha de publicación y lo comparto con Ustedes:


Cortorrelato

Recorriendo sola las calles nocturnas de Bangkok, fumando un cigarrilo, envuelta en una gabardina negra, y sobre un par de botas altas, camino a través de la noche rompiendo el silencio con un eco sobre el piso mojado a cada paso que doy. La ciudad y yo establecemos una comunicación especial a esta hora en la que los faroles y anuncios multicromáticos nos iluminan. Ahora, cuando casi todos tienen una vida compartida, pasan su tiempo en un restaurante o disfrutando el calor de una compañía o tal vez una buena conversación, es ese el momento cuando la ciudad y yo intercambiamos experiencias, respiramos aire y nos detenemos a flotar sobre el tiempo. Ahí cuando todo es silencio, cuando los semáforos se encienden y cambian de color pero no hay a nadie a quien esto le interese, es cuando ambas sentimos la profunda respiración fría y húmeda de la vida recorrer nuestra piel asfáltica como una caricia que se introduce por entre nuestros sentidos. De vez en cuando, destellos de calor artificial provenientes del calefactor de algún bar abierto mitigan nuestra sed de calidez y de compañía. Ella con frecuencia me sugiere buscar a alguien para compartirla, pero ya lo hemos discutido muchas veces, le digo, prefiero mi ufana soledad a tu lado que una lánguida y asfixiante compañía.


Mery Piña

viernes, 15 de mayo de 2009

QUE EL MUNDO SE ENTERE!!

MI PRIMER PAPER, MI PRIMER GRANITO DE ARENA AL MUNDO DEL CONOCIMIENTO!!!

"A Unique Virus Release Mechanism in the Archaea"


:):):)

:):):)

jueves, 14 de mayo de 2009

El abismo de la locura

No existe nada más desesperante que encerrar a un cuerdo en un manicomio por error. Esforzándome por tener un poco de empatía, casi puedo sentir la infinita impotencia por la que debe pasar aquella alma reclusa. “¿Cómo hacer para convencer al mundo de que no estoy loca?”, pensaría ella.

En mi mundo hipotético es probable que nada ayudara a convencer a sus verdugos de su cordura; ella podría llorar, gritar, implorar, explicar calmada y tranquilamente, pero ya nada importaría, todo estaria dicho. “¡Qué más dá!”, pensaría ella, “jamás harían caso a una loca que está condenada por error, por un malentendido, por una confusión.”

Y así tendría que vivir y morir aquél ser, encerrado, recluso y privado de su libertad y de su verdadera realidad, por la osadía de aquél que un día emitió un erróneo veredicto.


Mery Piña

martes, 12 de mayo de 2009

Los amorosos

Cuantas veces no hemos sido "Los amorosos"? Cuantas veces hemos dejado la ligereza de la espontaneidad? Cuantas veces no hemos sacrificado el dulce sentimiento de sentir el viento rozar tus mejillas por forzar a tu ser a cumplir con los lineamientos de la sociedad. Encontrar a el principe azul, casarte. Cuanta gente no conozco que estas ideas simplemente les estresan, les preocupan, les duelen. Y viven asi, queriendo llenar su vida de cuento de Cenicienta a modo de llenar una forma tipo "fill in the blanks".

Me parece que la vida ofrece mucho mas que un cuento de Cenicienta, que la vida es mas que el castillo, que el hombre es mas que el principe cuando lo sabes recibir, me parece que la pareja es mas que el matrimonio cuando se sabe manejar y que hay mas magia en la realidad cuando la sabes apreciar.

Los amorosos, Jaime Sabines

Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre "¡qué bueno!" han de estar solos.

jueves, 7 de mayo de 2009

Fidelity can be inspired

Después de haber perdido toda la esperanza, de vaciarme hasta quedar “insideout”, pensé que no volvería de nuevo a desear serle fiel a alguien, hasta hoy.

Llevaba meses pensando que la fidelidad no existía, que la palabra venía de una utopía, de un cuento de hadas. En mi cabeza solo aparecía la idea de ¿cómo hacerle para darle la vuelta a la persona que tenía enfrente? Y simplemente divertirme, porque al final de cuentas, ¿de eso se trataba el juego, no? Pensaba que porfín lo había entendido todo, que porfín jugaría como los grandes, los adultos, pero no como los viejos, los sabios.

A veces me impresiona como la vida te arroja en las manos las respuestas que te hacen falta, y está en ti si las tomas o las dejas. Hoy, contra todos los pronósticos, simplemente me llego la idea, se construyó en mi, fue inspirada. Simplemente nació la idea de que quiero estar con él, -solo- con él:

La fidelidad es algo que tu pareja te inspira.

lunes, 9 de marzo de 2009

Superaste el miedo a la obscuridad y luego que?

Cuando eres niño usualmente le tienes miedo a la obscuridad, mientras creces, un día se te ocurre cerrar los ojos a solas en medio de un cuarto en ausencia de luz y sentir la tranquilidad y el silencio en ese estado donde aparentemente la nada te rodea. Los espíritus cadavéricos que antes pasaban a tu lado y te rosaban con sus telas flotantes de pronto pasan a través de ti y no sientes un golpe sino una absorcion de energía. Aflora tu luz interna y enciendes ese cuarto lleno de nada y acomodas en él todos tus deseos, tus sueños, lo iluminas contigo. La obscuridad de pronto ya no parece un mounstro tan retador como solía serlo.

Sigues creciendo y los mounstros cambian de faz, ahora se llaman diferente, soledad, fracaso, enfermedad, frustración... Y es entonces cuando recuerdas lo bueno que era cuando le tenías miedo a la obscuridad.

Cuando uno a fuerza quiere encontrar el mensaje oculto...

El 31 de diciembre del 2008, cerca de las 6 de la tarde, me dirigia a mi casa en el autobus 62 cuando escuché unas campanas que venian de una iglesia, L'eglise de Sainte-Anne. Fue curioso, porque aunque soy creyente no suelo ser una ferviente practicante, pero aun asi, algo dentro de mi me hizo levantarme, pedir la parada y conducirme hacia el lugar desde el cual provenia el sonido que en ese momento me parecio hipnotizante. Al entrar ahi, senti como si algo me invitara a pasar y lo hize, como lo hubiera hecho en cualquiera otra de las quinientas veces en mi vida que he entrado a una iglesia. Me sente en una banca alejada del sagrario y comenze a dar gracias por el anio vivido y a pedir por encontrar a alguien especial el anio proximo. Extraniamente sono mi celular justamente en ese momento y cuando conteste sucedio la cosa mas extrania que me hubiera sucedido jamas. Era un amigo lejano, de hace mucho tiempo, alguien que quise siempre mucho pero que por alguna razon deje atras. El me llamo, en ese momento cuando no me habia llamado en anios, en ese momento despues de todas las cosas que me guiaron a llegar ahi: a ese momento.

No entiendo aun que es todo esto, si es una senial, una coincidencia o una babosada, lo que ha sucedido es que tres meses despues de esa llamada nos hemos llamado diario, y conversamos tan a gusto, el hablar con el me calma tanto, me rio, me divierte, me conecta con todo lo que yo fui y engloba lo que soy. Algo que nunca pense encontrar en el...

martes, 3 de marzo de 2009

OASIS, como pasa el tiempo...

Hoy fui al concierto de OASIS en Paris. Haciendo cuentas es como mi cuarto (o quinto?) concierto con esos monos. Tengo todos sus discos, haciendo cuentas unos OCHO. Si seguimos haciendo cuentas vemos que llevo mas o menos QUINCE años escuchando a estos tipos. Y esto puede verse, afortunadamente no en mi, sino en ellos, q ahora se ven como unos betarrones hechos y derechos!

Fue el mejor de sus conciertos en los que he estado, si descontamos claro, los dos fallos técnicos. La selección de música fue simplemente excelente. ¿Me pregunto si esta aceveración tiene que ver con el hecho de que conocía todas las letras y las cantaba de memoria? Pero olvidando que di mi garganta en el concierto, las pantallas estaban super, las imagenes tambien, las luces, y el sonido fue muy bueno (repito, descontando los fallos técnicos). Esta vez Liam no estuvo tan mamón y Noel muy decente. Y encima de todo abrio un grupo que me gusta, nada mas y nada menos q Glasvegas!!!

Olvidé llevar mi bandera de México, para mi concierto numero seis, no lo haré.

Me encanta poder disfrutar de todo esto, poder ir a conciertos, oir en vivo la música que me gusta, gritar los "lyrics" a todo pulmón y sentir el bajo y la bateria retumbar en tu panza es algo q no tiene madre!!

El plan para el próximo concierto es ir con la bola de gente, a ver cuantos madrazos me llevo!!!

Los amo queridos lecotres, jajaja!!

domingo, 1 de febrero de 2009

Para reirse un ratito...

Dos vampiros se encuentran y uno le pregunta al otro:
"Hola, como te llamas?"
"Me llamo Vampi"
"Vampi que?"
"Vampi - Rito y tu?"
"Yo me llamo Otto"
"Otto que?"
"Otto Vampirito"

:P

Lo siento, pero en el estado de estres q estoy en estos momentos hasta esto puede hacerme reir...

martes, 20 de enero de 2009

lunes, 19 de enero de 2009

El rollo de las clases: no hay nadie q crezca mas alla de lo q vale

Porque existen clases sociales? Porque no podemos ser todos iguales? Porque no todos podemos tener lo mismo? Porque unos sostenemos a otros, a otros q tienen mas, a otros q manejan todo y llevan la rienda de nuestra vida q se embebe en la inercia del capitalismo?

RESPUESTA: DARWINISMO

Asi es, duelale a quien le duela y pesele a quien le pese, cada quien encuentra su espacio de confort. Algunos lo encuentran en la riqueza q producen al manejar una bola de trabajadores, otros en el trabajar dia a dia por el pan pidiendo dinero.

Cualquiera podra decirme q no es asi, q hay una clase q oprime a otra, q no todos tenemos las mismas oportunidades. Yo digo q esa clase q "oprime" a los otros, simplemente se aprovechan de sus necesidades para beneficio propio. Mas nadie dijo q aquellos q estan abajo no pueden sublevarse para convertirse en los q estan arriba. Cual es la diferencia?

RESPUESTA: LA APTITUD

No todos contamos con la misma aptitud para explotar los recursos, simple y sencillamente por una cuestion de variabilidad y un tanto de conformidad. He tenido la oportunidad de sentir muy de cerca la pobreza, la nada, el hambre, la necesidad y tambien he visto a muchos q estan en esa situacion y no hacen gran cosa por salir, no tienen la fuerza, la tenacidad, la sabiduria, o bien, la ambicion de poner todos sus esfuerzos para arrojarse por completo y arriesgar esa zona de confort para ver si acaso llegan un poquito mas lejos.

Nadie piensa ve como un pecado, sino como una virtud, el hecho de ir al supermercado y escoger el mejor precio y calidad al mismo tiempo. Porque ha de ser un pecado cuando alguien q maneja una gran empresa toma la misma desicion al comprar un producto q se vende en Africa a otro q se vende en EUA. Es el mismo principio, porque uno ha de estar mal y el otro es calificado como positivo?

Porque existen mujeres maltratadas aun en paises como Afganistan? Porque nadie hace nada? Yo digo q ellas mismas son las q tienen q hacer algo, ellas mismas son las responsables de su situacion. Al final de cuentas son ellas mismas quienes conocen su situacion y en las manos de quien cae el cambiarla. Nadie, ningun extranjero u organizacion internacional puede ayudarlas. La revolucion tiene q nacer -in situ-.

Aun sigo incansable la meta de sembrar en alguien la ambicion, de demostrar mi teoria frente a un monton de cabezas q no ven mas alla de su "dia", con UNA sola persona a quien logre envolver un dia con esta meta, sere inmensamente feliz.

miércoles, 14 de enero de 2009

Rayuela, capitulo 93

Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas que me atormenta que me ames, me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado … no me mires con esos ojos, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños... Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen. Como si pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque la aman, yo creo que es al vesre. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos....


Julio Cortazar

lunes, 12 de enero de 2009

Abracadabra

Una mujer
por despecho o por placer,
enterró en un jardín
un coco seco mojado en carmín.
Luego un rival,
narcotraficando el mal,
escupía con ron
y alfilereaba un feliz corazón.

Yo no sé
cómo hay quien malversa la vida,
cómo hay quien invoca una herida,
como pueden gastar el amor.
Yo no sé.
Como si nos faltaran cadenas,
como si nos sobraran las cenas,
como si diera dicha el dolor.

Yo no sé
si el mal tiempo trae mala fe,
si la desesperación hace blanco
y se cierran los laicos colegios.
Si se vuelve al sortilegio
y aprendices de delfín
creen llegar a Merlín.

Yo no sé
si el mal tiempo trae mala fe.
Pero a mí lo que me embruja es volar
y hechizarme con tus sortilegios.
Soy brillante en tu colegio:
subo nota en el amor,
vuelo allí
como al sol
un colibrí.

Abracadabra,
curandera mi palabra,
todo mal pone bien,
sana del odio y vacuna también.
Abracadabra,
siga la pata en su cabra,
girasol, alhelí,
la mariposa besó al colibrí.

Silvio Rodriguez

domingo, 11 de enero de 2009

Let your pasion control your life

When people are young they usually let go all their passions: have a rock band, paint aquarelas or oleos, even write... How many of them continue feeding their passions when they are 50?

It is difficult to deal with adult responsibilities and make room for your passions. I want to publicly express my deep admiration to people who fight every day for living for their passions.

sábado, 10 de enero de 2009

Paris

París es un centro, un mandala que hay que recorrer sin dialéctica, un laberinto donde las fórmulas pragmáticas no sirven más que para perderse...



Fragmento Rayuela, Julio Cortazar

martes, 6 de enero de 2009



Estoy ardida, y que?

domingo, 4 de enero de 2009

El cuento del angel sin alas por Mery Piña

Por aquellos días un ángel sin alas rondaba mi vida. Aún no sabía si era un ángel de esos caídos o un ángel verdadero. Recuerdo que me divertía analizar su comportamiento sin que él se percatara que era yo quién lo observaba y no él a mi. Así habían pasado ya 15 días. Aquél día, como los otros 14, aguardaba a que yo saliera de mi casa como todas las mañanas. Siempre recargado sobre el muro del edificio frente a mi casa, esperaba a que dieran las ocho y treinta y cinco de la mañana para comenzar juntos la rutina del día. Íbamos andando hasta el metro que se ubicaba a pocas cuadras de mi casa y descendíamos los veintitrés escalones para adentrarnos en los túneles del subterráneo transporte y perdernos entre la gente dentro del vagón donde él se ocultaba bajo un libro de pasta azul que llevaba bajo el brazo. Protegido con esta impenetrable barrera, viajaba sin pena ni gloria hasta llegar a la estación de Montparnasse donde ambos descendíamos. Caminábamos juntos, pero al mismo tiempo separados por escasos metros, hasta el despacho de contabilidad donde yo trabajaba en ese entonces. Al llegar ahí, yo sacaba mis llaves y él hacía como si su destino final fuera otro un poco más lejos y seguía de largo hasta la siguiente cuadra, donde esperaba que mi jornada laboral terminara para volver a caminar a mis espaldas disfrazado en su supuesto anonimato.

A veces me preguntaba quién demonios había podido contratar a este individuo como detective, si era evidente que su técnica de investigación resultaba un tanto obvia. Siempre he pensado que los hombres somos animales entregados a la rutina. Vivimos la rutina de forma tan cotidiana que al final de cuentas uno se encuentra tan embebido en ella que termina por parecer que ella te escogió a ti y tú por vivir para ella. Ahí esta el éxito de los secuestros en México, solo vasta con seguir a alguien un par de semanas para saber qué es lo que hace exactamente cada día. Al parecer, el hombre del sombrero negro, que era así como lo había bautizado, no se había percatado de que él en si mismo era un animal de esta especie, entregado también a la rutina y entregado hasta tal grado que después de dos semanas de convivir con él, yo sabia qué era lo que haría a cada instante.

Me parecía exótico como me gustaba experimentar esa sensación de que alguien me siguiera y me observara, cuando usualmente a la gente le incomoda sentirse observado. Tal vez porque me parecía agradable sentir que mi vida pudiera parecerle interesante a alguien.

Aquella tarde se cumplirían quince días de que el hombre del sombrero negro siguiera mis pasos y había tomado una decisión. Esa tarde me iba a detener en seco e inesperadamente, sobre esa calle cuyo nombre me parecía curioso, la rue Gracieuse, y le iba a pedir una explicación de sus actos, pero algo ocurrió que me impidió llevar a cabo mis tramados planes. Esa tarde el hombre del sombrero negro no apareció.

Al no verlo esperando por su presa a la hora subjetivamente acordada, me atrapó la duda. Tal vez no eran las seis de la tarde, y volteé a confirmar la hora en el reloj de mi viejo móvil, pero eran justamente las seis. Tal vez había cambiado de escondite, y giré mi cabeza trescientos sesenta grados, pero nadie con sombrero negro se asomó a la retina de mis ojos. Ante la evidente ausencia de aquel que me seguía, me entregué a la resignación y pensé que mi vida había vuelto a la supuesta normalidad en la que se encontraba antes de conocerlo, pero no fue así.

Pasaron días, antes de que pudiera caminar por las calles sin voltear hacia atrás para verificar que nadie me siguiera. Inclusive hoy en día todavía miro el muro del edificio frente a mi casa todas las mañanas al salir, con la esperanza de encontrar algún sombrero conocido. Pasé horas vagando entre una hipótesis y otra acerca de lo que habría sido de él. Tal vez lo atropellaron esa tarde mientras caminaba hacia donde habríamos de encontrarnos, tal vez había muerto su abuelita y le tuvo que cumplir su último deseo: arrojar sus cenizas al mar. Tal vez mis hipótesis involucraban demasiada imaginación…

Poco a poco mis hipótesis se fueron volviendo cada vez más elaboradas e improbables y mi delirio de persecución se fue diluyendo en aras de aquello que era lo único que le daba sentido a mi monótona vida. Podía vivir como fuera, no me importaba repetir las mismas acciones cada día y trasladarme incansablemente de mi casa al trabajo y del trabajo a mi casa, con tal de alcanzar el glorioso día en el que agregaría un ladrillo más a la construcción de la fortaleza de mi gran sueño: conocer el mundo entero.

Después de la muerte de mi ex novio, el viajar era lo único que me interesaba. Una actividad que demandaba la suficiente atención como para olvidarme de las noches a su lado cuando conversábamos mientras no hacíamos el amor y las carcajadas mientras cocinábamos, los domingos de verano tirados junto al Sena y las cenas románticas que organizábamos en casa para dos. Él había sido el único que había tenido la paciencia para desmantelar la armadura que porto a diario y encontrar lo que soy realmente. Es difícil de comprender cuando la vida te da algo y tan caprichosamente te lo quita de pronto, tan súbitamente, que la palabra madurez no alcanza para describir todo lo que uno tiene que aceptar antes de superar una pérdida de ese grado. Después de eso, no me quedó más que entregarme a la pasión que él y yo compartíamos, viajar. Fue así como he ido intentando llenar mi cerebro de imágenes de lugares exóticos y gente diversa para averiguar si esos nuevos recuerdos pueden ocupar el lugar de los otros, los antiguos, los hermosos, los que duelen. Y fue así como pensé que iba a borrar al hombre del sombrero negro.

Una mañana me levante para descubrir que se me había hecho tarde para tomar el avión que me llevaría hacía la conquista de un territorio más y me acercaría otro poco hacia mi meta de conocer el mundo entero. Esto no me parecía raro, era habitual que justamente el día que yo tomaba el avión, el tren, el autobús, el taxi o lo que fuera para partir de mi rutina hacia mi escape, pasaba algo: el despertador no funcionaba, se descomponía el taxi, un accidente, tráfico, alguien decidía suicidarse en la estación de metro ese día y en ese justo momento, qué sé yo, era como vivir una maldición. Lo único que me faltaba era que se me apareciera un elefante rosa para detenerme de satisfacer mi deseo de huir.

Hay veces que la vida te envía señales indicándote el camino que debes seguir para ser feliz, pero la mayoría de las veces no sabemos decodificar estas señales, y lo que en ese entonces pensaba que era una maldición, más tarde entendí que era una señal.

Esta vez el viaje era a Puerto Rico. Había escuchado tantas historias sobre el Yunque, la bahía del Mosquito y por supuesto de San Juan, que no podía esperar más para realizar ese viaje. Así es que a toda prisa salté de la cama y tomé la pequeña mochila que con tanta previsión había preparado una semana antes, por aquello de la maldición que me atormentaba, y salí corriendo. Iba tan feliz que no sentía ningún tipo de estrés por perder el avión. Había visualizado con tanta claridad mis pies sintiendo la blanca arena del Atlántico y mis ojos llenándose de la luz con la que los protozoarios iluminan esas aguas fantásticas, que no me quedaba ninguna duda que ese avión no despegaba sin mi. Corrí tan rápido como pude y a cada zancada sentía como si estuviera tres kilómetros más cerca de la isla de mis sueños. Fue entonces cuando noté que alguien me seguía. Escuché el ritmo de sus zapatos sobre el asfalto que se compaginaba con el de los míos y no pasó mucho tiempo antes de que escuchara también su respiración agitada. Era él, no podía ser nadie más.

¿Qué había hecho del sombrero? Después de tanto trote, seguramente lo había perdido en el camino. Por un momento no supe que hacer, si seguir corriendo y luchar contra la maldición encarnada ahora en el hombre del sombrero negro o entregarme a ella y encararme con mi misterioso perseguidor. Fue hasta entonces que comprendí el sortilegio que embrujaba mi vida cada vez que iba a viajar y lo traduje como un esfuerzo del destino, de las Moiras, de Dios o el enanito que maneja los hilos de nuestras vidas para mostrarme algo.

En mi mente alguno de estos personajes era responsable de hacer que se cruzaran los hilos de la vida de personas diferentes y era nuestra decisión si sólo cruzábamos con el hilo o lo entretejíamos en el nuestro. A veces no prestamos atención al hilo que se cruza y nos esforzamos por tomar el evento como un simple cruce y seguimos de largo. Esta vez dejé que mi hilo se entretejiera con el de aquél que cruzaba mi vida por segunda vez.

Pero no podía detenerme, el tiempo era valioso en estos momentos, un minuto menos y perdería mi vuelo hacía la libertad. No podía equivocarme, era él, su aroma, su respiración, hasta su modo de transpirar era el mismo al que recordaba. Fue él quien tomó la iniciativa de tejer los hilos de nuestras vidas. Me sostuvo fuerte del brazo y yo casi caigo. Cuando vi sus ojos solo pude respirar el miedo que escapaba a través de ellos: “alguien te quiere matar”, pronunció entrecortado.

¿Matarme? ¿Quién podría querer matarme? ¿A quién le interesaría la vida de una pobre agente contable que vive para viajar? Aparentemente ese alguien existía. Yo me reí y le pedí que me soltara, le dije que tenía prisa y no tenía tiempo para juegos. Que si lo deseaba nos reencontraríamos en un par de semanas. El me dijo que no fuera a Puerto Rico, todo estaba planeado para darme el tiro de gracia ahí. Lo dejé hablando solo y me subí al primer taxi que vi pasando por Faubourg de Saint Jaques. No podía dejar de ser un Mercedes negro que marcaba 2.10 en el taxímetro cuando me subí. Le pedí que me llevara a Charles de Gaulle y le ofrecí cincuenta euros extra si me dejaba ahí en 20 minutos. El hombre de color que conducía el elegante vehiculo me dio una mirada retadora y una sonrisa burlona y aceleró tan de repente que sentí mi cabeza golpearse contra el asiento. Voltee hacia atrás donde había dejado sobre la acera al joven delgado de camisa blanca de algodón y jeans deslavados con una expresión de tristeza en su cara y una postura de frustración en su cuerpo.

Veinte minutos más tarde y con noventa euros menos en el bolsillo, estaría en Charles de Gaulle y ocho horas después en San Juan escuchando la paradójica personalidad del mar que es fuerza y tranquilidad a la vez. Me pregunto como puedes hacer para guardar un poquito de espuma de mar en una cajita de madera y cada vez que la abras poder escuchar el romper de las olas, meter tus dedos y sentir el aire y el agua dando una suave caricia en los poros de tu piel: espuma.

Con el viento soplando fuerte sobre mi cara y el sol acariciando mis mejillas me inclinaba sobre una de las ventanas del Fuerte de San Felipe del Morro viendo hacia el este e imaginando que podía ver Paris al otro lado del océano. Cuando di por terminado mi nostálgico encuentro con el mar y salí del Fuerte, me encontré con un viejito que vendía golosinas. Con la piel rojiza de textura de un cartón arrugado, me clavó una mirada de ternura como pocas he visto en mi vida y me ofreció un dulce típico. Yo lo acepté y lo intercambié por un dólar.

Cuando abrí los ojos de nuevo estaba en un hospital. Los médicos que estaban a mi alrededor discutían con un acento costeño que devoraba todas las eses, la posibilidad de salvarme, pero yo escuchaba la voz de Mario a lo lejos que me invitaba a reunirme con él. La vida la conocía, mi muerte no. Mi naturaleza curiosa me ayudó a cerrar el capítulo de mi vida y voltear hacia la libertad. Si tan sólo mi ángel hubiera sabido eso…