Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas.
Pablo Neruda

sábado, 5 de septiembre de 2009

Todo es azul, todo el tiempo

Como quisiera quedarme aquí
Eternamente hundida entre azul mar y azul cielo
Naufragando en un sitio donde el agua te mece,
El viento te abraza,
Y el sol te calienta tiernamente.

Mis ojos perdidos se cuelgan en el horizonte turquesa.
El mundo del que vengo se apaga detrás
Mientras que el mar, inquieto e impredecible,
Me arranca con su fuerza todos los dilemas,
Todas las preguntas, todas las angustias.

Una mezcla de agua y sal erosiona con su vaivén todo lo que me aturde y me ata.
El mar me vuelve libre.
De un trago me bebo todo el azul que puedo con la mirada
Y pareciera que hubiera suficiente agua y suficiente atmósfera
Como para diluir todo el dolor que llevo dentro.

Y me vuelvo ola,
Y un viento me levanta,
Y me eleva alto,
Y luego caigo y exploto en un dulce estallido de espuma que efervesce hasta desaparecer fusionada en el Gran Azul que la arrulla dulcemente.

Mery Piña